De sobra son conocidas las continuas guerras acaecidas en Próximo Oriente, desde los primeros asentamientos en Tierra Santa de los judíos llegados de cualquier parte del mundo por la llamada sionista en la década de los años cuarenta, hasta la creación del Estado de Israel en 1948, que ha perdurado hasta nuestros días sin que se vislumbre un final satisfactorio. El sufrimiento causado afecta tanto al pueblo palestino como al pueblo de Israel, donde la maltrecha paz no consigue encontrar acogida alguna debido al enquistamiento crónico del conflicto entre ambos pueblos desde hace más de siete décadas. En este contexto, observaremos cómo los ciclos planetarios Júpiter-Plutón y Saturno-Plutón están siempre presentes, siendo sus ciclos referentes en esta encarnizada lucha territorial.
En este artículo veremos cómo estos dos ciclos planetarios entran en sintonía recíproca cada vez que salta la chispa en la disputa territorial más larga de nuestra historia reciente en Oriente Medio, un escenario que ha sido testigo de innumerables enfrentamientos, tensiones y búsquedas de solución a lo largo de décadas. La interacción entre los ciclos Júpiter-Plutón y Saturno-Plutón parece coincidir con momentos clave de intensificación o transformación en la lucha por el control de la región, marcando hitos significativos en la historia del conflicto. Analizaremos cómo estos dos ciclos planetarios reflejan la dinámica subyacente e inherente que existe en este enfrentamiento, arrojando luz sobre las conexiones concluyentes de ambos ciclos en toda la tensión árabe-israelí.
En las siete guerras analizadas de los enfrentamientos bélicos entre los países árabes y el Estado de Israel, los ciclos planetarios Júpiter-Plutón y Saturno-Plutón han estado siempre presentes: en algunos casos, ambos ciclos; en otros, solamente uno de ellos. Por ejemplo, en la Guerra Árabe-Israelí de 1948, en la Guerra del Yom Kippur de 1973 y en la primera y segunda Guerra del Líbano (tanto la de 1982 como la de 2006), han coincidido los dos ciclos planetarios. En 1948 estaba activa, por una parte, la conjunción entre Saturno y Plutón y, además, la sesquicuadratura entre Júpiter y Plutón. En 1973 (Guerra del Yom Kippur) estaba operativo un trígono entre Júpiter y Plutón y una cuadratura entre Saturno y Plutón. En la Guerra del Líbano de 1982 se formó una triple conjunción Júpiter-Saturno-Plutón, y en la Segunda Guerra del Líbano de 2006 estaba activo el ciclo Júpiter-Plutón con una semicuadratura, así como el ciclo Saturno-Plutón a una distancia de 135º, en forma de sesquicuadratura. En el resto de los enfrentamientos bélicos acaecidos durante todo este periodo de disputas, en dos ocasiones estuvo operativo solamente uno de los dos ciclos planetarios: el ciclo Júpiter-Plutón en la Guerra de los Seis Días de 1967, en forma de semicuadratura menguante, y el ciclo Saturno-Plutón en la Guerra del Sinaí de 1956; este estuvo activo formando una cuadratura menguante. En 2023, en el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, estaba operativo un semisextil entre ambos planetas. Aquí tenéis todos los ejemplos contrastados:
14.05.1948 Guerra árabe-israelí de 1948. También conocida como la Guerra de la Independencia o Guerra de Liberación de Israel, surgió inmediatamente después de que el Estado de Israel declarara su independencia. Fue un enfrentamiento entre las fuerzas israelíes y los ejércitos de varios países árabes que no aceptaron la partición de Palestina por la ONU en 1947. El conflicto resultó en la consolidación del Estado de Israel y la pérdida de territorio para los países árabes vecinos. Los ciclos planetarios presentes fueron el ciclo Júpiter-Plutón en sesquicuadratura y Saturno-Plutón en conjunción.
29.10.1956 Guerra del Sinaí. Fue conocida también como la Crisis de Suez, un enfrentamiento bélico entre Egipto y una coalición formada por Israel, el Reino Unido y Francia. La tensión comenzó cuando Egipto, bajo la presidencia de Gamal Abdel Nasser, nacionalizó el Canal de Suez, lo que afectó los intereses británicos y franceses. Israel aprovechó la situación para invadir la península del Sinaí, buscando debilitar a Egipto. La intervención militar fue condenada internacionalmente y, bajo presión de la ONU, se detuvo el conflicto. La guerra resultó en una victoria táctica para Israel, pero un fracaso político para las potencias occidentales. El ciclo planetario operativo fue el ciclo Saturno-Plutón en cuadratura menguante.
05.06.1967 Guerra de los Seis Días. El tercero de los enfrentamientos en la historia del conflicto árabe-israelí enfrentó de nuevo a Israel contra los países árabes vecinos. Israel llevó a cabo una ofensiva militar preventiva que resultó en una sorprendente victoria en solo seis días. Como resultado, ocupó zonas estratégicas y vitales para su supervivencia, como la península del Sinaí, la franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los altos del Golán, lo que cambiaría el panorama geopolítico y geoestratégico de la región, alimentando aún más las tensiones en la zona. El ciclo planetario operativo fue el ciclo Júpiter-Plutón en semicuadratura.
06.10.1973 Guerra del Yom Kippur. Hablamos del cuarto enfrentamiento bélico en la región, que tomó a Israel por sorpresa, ya que fue atacado por Egipto y Siria en el día festivo y sagrado judío del Yom Kippur. La guerra resultó en una confrontación intensa y costosa que puso contra las cuerdas a Israel, que estuvo a punto de ser derrotado. Gracias a la ayuda militar de Estados Unidos en el último momento, logró evitar la derrota. De nuevo, los ciclos planetarios operativos fueron el ciclo Saturno-Plutón en cuadratura y el trígono entre Júpiter y Plutón, que fue vital para Israel, ya que facilitó la ayuda en equipamiento militar de Estados Unidos. Esto se tradujo posteriormente en su victoria militar frente a la coalición árabe en el peor momento de su historia, al estar casi al límite de perder la guerra.
06.06.1982 Guerra del Líbano de 1982. Aquí tenemos el quinto enfrentamiento de la región, que involucró principalmente a Israel y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Líbano. Israel llevó a cabo una invasión para combatir a la OLP y establecer una zona de seguridad en el sur de Líbano. El conflicto fue prolongado y tuvo un alto costo humanitario, lo que generó críticas a nivel internacional. El ciclo planetario operativo fue el ciclo Júpiter-Saturno-Plutón, con una conjunción triple entre los tres planetas.
12.07.2006 Guerra del Líbano de 2006. Aquí tenemos el sexto enfrentamiento bélico de Oriente Próximo, conocido también como la Segunda Guerra del Líbano, en el que se enfrentaron las Fuerzas de Defensa de Israel y el grupo paramilitar musulmán chií libanés Hezbolá. La guerra se desató después de que Hezbolá entrara en territorio israelí, matando a ocho soldados, capturando a dos y lanzando cohetes contra ciudades israelíes. La lucha resultó en un alto número de bajas civiles en ambos países, principalmente libaneses, y en la destrucción de infraestructuras en el sur del Líbano. El ciclo planetario operativo fue el ciclo Júpiter-Plutón en semicuadratura y el ciclo Saturno-Plutón, formando una sesquicuadratura.
06.10.2023 Guerra de Israel contra Hamás. El último y, por consiguiente, séptimo conflicto —de dimensiones aún por definir— es la guerra entre Israel y grupos fundamentalistas palestinos, encabezados por Hamás y la Yihad Islámica Palestina.
Estos, apoyados y financiados por Irán, lanzaron un sorpresivo ataque con 3.000 cohetes desde Gaza durante las festividades judías de Simjat Torá y Sheminí Atzeret, en Shabat.
Hamás asesinó a 1.200 personas y secuestró al menos a 250 durante los ataques; muchos de los fallecidos fueron torturados y quemados vivos, incluidos ancianos, mujeres y niños. Inmediatemente, el gobierno de Israel declaró el estado de guerra por primera vez desde 1973.
En respuesta, Israel inició la Operación Espada de Hierro, con continuos bombardeos e incursiones en la Franja de Gaza, causando decenas de miles de muertos —la mayoría, niños— y desplazando a más de un millón de civiles.
Este ataque fue considerado uno de los más graves de la historia reciente del conflicto árabe-israelí que ha provocado una fuerte escalada de la violencia en la región. El ciclo planetario operativo es, de nuevo, Saturno-Plutón, esta vez en forma de semisextil.
Y si queremos añadir un poco más de contenido a los evidentes vínculos de los dos ciclos ya mencionados, en clara sintonía con la tensión vivida en Oriente Medio, volvemos a encontrar la omnipresencia cíclica en las dos Intifadas que se han dado hasta ahora: la correspondiente al año 1987 y la del año 2000. En este caso, encontramos un novil (40°) entre Saturno y Plutón en la Primera Intifada (1987), y una oposición entre Júpiter y Plutón en la Segunda Intifada (2000).
La primera estalló tras el atropello de varios palestinos por un camión israelí en Gaza, en diciembre de 1987, lo que desató una serie de protestas y disturbios contra la ocupación israelí. La segunda, por su parte, fue provocada por la visita de Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas en 2000, que fue vista como una provocación, lo que generó un fuerte rechazo y enfrentamientos violentos entre israelíes y palestinos.
Como ya hemos podido observar, el ciclo planetario Saturno-Plutón está estrechamente vinculado al apartado territorial, y el ciclo Júpiter-Plutón al aspecto religioso, demostrando ambos tener una influencia significativa en el odio religioso y la posesividad territorial, especialmente en el contexto de las numerosas guerras ocurridas a lo largo de la historia donde ambos ciclos estaban operativos y, en particular, en el conflicto árabe-israelí.
El ciclo planetario entre Júpiter y Plutón ha estado vinculado históricamente, por una parte, a la exacerbación del fanatismo y la imposición religiosa; y, con respecto al ciclo planetario entre Saturno y Plutón, al control y a la apropiación territorial, así como a los recursos naturales existentes en el entorno.
Tenemos dos claros ejemplos históricos al respecto: las dos grandes guerras mundiales. La Primera Guerra Mundial estuvo marcada por una conjunción entre Saturno y Plutón, y la Segunda Guerra Mundial por una cuadratura entre ambos planetas. Casi nada.
Los estragos provocados por cada una de ellas son de sobra conocidos por todos nosotros, al igual que las anexiones y las modificaciones territoriales ocurridas antes, durante y después de ambas contiendas. Dichos cambios alteraron drásticamente las fronteras nacionales: en algunos países por pérdida de territorio; en otros, por ampliación de sus fronteras a costa de las naciones derrotadas.
Estos dos complejos ciclos planetarios parecen exacerbar las tensiones existentes y avivar los enfrentamientos arraigados en cuestiones religiosas y territoriales. En cada uno de ellos se observa cómo los planetas involucrados contribuyen a una mayor polarización y radicalización de las posturas, dificultando la búsqueda de soluciones pacíficas y duraderas.
Lo que es evidente es que estas dos potentes fuerzas cíclico-planetarias parecen influir en el surgimiento de disputas y tensiones geopolíticas relacionadas con postulados antagónicos de posesividad material. En estas situaciones prevalece el desgaste y la aniquilación del adversario interesado en el mismo objeto motivo del conflicto, amplificando divisiones y rivalidades y, cómo no, generando sanguinarios enfrentamientos de desgaste por tener la mayor porción de tierra y todos los recursos naturales existentes en ese entorno, que son vitales para el buen desarrollo de sus respectivos pueblos. La pregunta que surge desde el nacimiento del Estado de Israel es: ¿cuándo acabará el conflicto árabe-israelí?