Si observamos el gráfico natal de ETA, partimos de la disyuntiva de elegir entre los días 19, 20 y 21 de diciembre de 1958. Por lo tanto, debemos analizar qué ciclos planetarios estaban presentes en esos tres días señalados. Además, dentro del gráfico natal, el Ascendente y la Luna quedan descartados como elementos de análisis, ya que el desplazamiento de estos dos puntos astrológicos, debido a su velocidad, puede generar cualquier vínculo posible con el resto de planetas, distorsionando un análisis astrológico riguroso al desconocerse el día y la hora exacta, aunque se haya comentado que fue por la tarde.
Otra cuestión de suma importancia es reducir el orbe a unos 2º de arco para los aspectos activos en esas fechas. Con ello, se evalúa la fuerza e impacto de los mismos.
Una vez hecho esto, nos encontramos con los siguientes ciclos planetarios presentes los días 19, 20 y 21 de diciembre de 1958: un aspecto de septil entre los planetas Saturno y Neptuno, una conjunción entre el Sol y Saturno, un sextil entre Venus y Neptuno, y la llamativa cuadratura entre Marte y Urano.
Este último ciclo planetario, el formado por Marte y Urano, donde ambos forman una cuadratura, es, sin duda, el ciclo más representativo e inequívoco que expresa con total rotundidad la forma de actuar tan característica de ETA en toda su historia. La sorpresa, la rapidez de acción y la explosividad implícita de este aspecto son la rúbrica indiscutible de todos y cada uno de los atentados que cometió a lo largo de su brutal existencia.
La cuadratura retroalimentaba a la propia banda, dándole e insuflándole la energía necesaria durante toda su sanguinaria historia de atentados. La metralla, los explosivos y los coches bomba estaban, astrológicamente hablando, en sintonía con las características expresivas de los planetas Marte y Urano.
Es más, el primer asesinato político premeditado y planeado y reconocido oficialmente por ETA fue el perpetrado al jefe de la brigada policial de información de San Sebastián, Melitón Manzanas, el 2 de agosto de 1968. ¿Sabes qué ciclo planetario dio el macabro "pistoletazo" de salida a la ola de atentados durante más de cincuenta años? El ciclo Marte-Urano formando un sextil, ese día de verano. Este asesinato marcó el inicio de la campaña violenta de ETA contra representantes del régimen franquista. Fue la primera acción terrorista con la que ETA asumió abiertamente su autoría.
Pero tampoco quiero olvidarme de la dura y rigurosa disciplina de sus dirigentes, con una sólida estructura jerárquica que, una y otra vez, era desmantelada pero se reconstituía con nuevos líderes, cada vez más duros e intransigentes en sus reivindicaciones, manifestaciones y exigencias, siendo cada vez más despiadados en cada nuevo atentado, donde cada acción estaba bien estructurada a nivel logístico y operativo para la consecución final de sus objetivos armados, pese a las lamentables pérdidas de vidas humanas ocasionadas.
Estas características astrológicas señaladas estaban vinculadas a la conjunción Sol-Saturno, que le dio tanto oxígeno a la organización terrorista para perdurar en el tiempo y no ser desmantelada antes. He ahí el porqué estuvo activa tantas décadas con su incansable acción armada.
Esa aislada conjunción de los dos astros más organizativos del gráfico natal es lo que dio pie a mantener siempre viva a la pensante cúpula de ETA, gracias a su eficiente y disciplinada estructura interna, con un robusto e itinerante sistema logístico completamente operativo.
La cúpula de ETA fue siempre insensible al dolor ajeno y nunca escuchó, o hizo caso omiso, al entorno social más cercano que compartía sus intereses. Llegó un momento en que devoraba a sus propios hijos, haciendo un símil con la mitología griega, donde el propio Saturno devoraba a sus descendientes por miedo a ser destronado.
Eso fue lo que le pasó a la parte pensante y fría de la dirección de ETA: nunca quiso morir. Nunca aceptó la derrota ni la paz como una vía loable —si se puede llamar así— en su sanguinaria trayectoria vital.
El ciclo planetario Venus-Neptuno en sextil, no debe pasarse por alto, ya que contribuyó a la idealización de ETA en una parte de la sociedad vasca. En ese contexto, la banda era vista con admiración como el referente para alcanzar la tan anhelada independencia de Euskal Herria.
Además, este ciclo favoreció la contribución caritativa en términos de apoyo logístico y protección que ETA recibió y mantuvo durante toda su actividad armada por algunos sectores sociales en el País Vasco y Navarra.
Asimismo, el ciclo planetario Venus-Neptuno fue clave para la difusión propagandística de la altruísta aportación de los combatientes etarras a la supuesta liberación de Euskadi del "yugo" del opresor Estado español, según su propia narrativa.
ETA supo, mediante la dinámica del sextil entre Venus y Neptuno, crear los vasos propagandísticos necesarios, que mantuvo durante toda su existencia con el argumento de que la causa etarra y el objetivo final de sus acciones eran la liberación del pueblo vasco o Euskal Herria, edulcorando con ello sus macabros atentados.
Plataformas como Askatasuna creada en 2001 y disuelta en 2009, sucesora del colectivo Gestoras pro Amnistía, fundado en 1976. Fue ilegalizada por su vinculación con ETA. Luego vino Herrira, surgida tras la ilegalización de anteriores ONG´s, también centrada en la situación de los presos etarras. Fue disuelta tras ser objeto de una operación policial en 2013.
Todas estas organizaciones se presentaban como asociaciones de familiares de presos y exiliados vascos, pero durante años fueron señaladas por actuar como un brazo social y propagandístico de la izquierda abertzale radical. Su discurso se centraba en denunciar la política de dispersión penitenciaria del Estado español, pero sin condenar los crímenes de ETA ni tomar distancia de sus atentados. Todas ellas formaban parte del entorno de ETA para mantener su relato y apoyo social.
Ahora vamos a hablar del "benévolo" ciclo planetario entre Venus y Júpiter, que formaba una semicuadratura en el gráfico natal de ETA. Esta configuración astrológica facilitó el necesario aporte nutricional para mantener viva y operativa a la banda terrorista mediante atracos a bancos, especialmente en sus primeros años, así como con robos de armas y explosivos en Francia y España. También contó con apoyo exterior, en ocasiones mediante contactos con grupos como las FARC o a través de cooperación logística con ciertos regímenes.
A nivel legal, utilizaron asociaciones, ONG o subvenciones encubiertas. Las Herriko Tabernas (tabernas del pueblo) jugaron un papel clave en la financiación y propaganda del entorno de ETA, recaudando fondos mediante ventas de bebidas, comidas y actos culturales, parte de los cuales se destinaban a la izquierda abertzale y, según sentencias judiciales, también a ETA. Algunas de estas tabernas sirvieron para blanquear fondos del llamado “impuesto revolucionario”, además de difundir el ideario etarra con carteles, vídeos, homenajes a presos y otros elementos propagandísticos. También fueron puntos de encuentro para coordinar actividades políticas del entorno radical. Se llegó a conformar una red con decenas de estos locales distribuidos por Euskadi y Navarra, bajo control de Batasuna.
En 2016, el Tribunal Supremo confirmó que muchas eran parte del entramado de financiación de ETA y ordenó su embargo.
Pero el grueso de su financiación y la obtención de esos sustanciales recursos económicos era mucho más macabro, y se hacía mediante la extorsión empresarial: conocido como el "impuesto revolucionario", cobraban a empresarios vascos y navarros bajo amenaza.
Este "impuesto" o "vacuna extorsiva", le proporcionó un amplio colchón económico durante toda su macabra trayectoria vital.
Dependiendo de la situación política, este mecanismo incluía desde peticiones cordiales para la construcción del nuevo Estado vasco hasta amenazas de muerte contra los sujetos elegidos o sus familias. Las víctimas solían ser empresarios, profesionales, etcétera. En caso de que no se pagase la cantidad exigida, en muchas ocasiones la banda ejecutaba a la persona que se negaba a cumplir con aquella macabra extorsión, al considerar que su negativa a contribuir económicamente era un claro indicador de traición o de condición de traidor hacia el objetivo independentista de ETA.
Muchas de las aportaciones económicas fueron obtenidas mediante el miedo a ser asesinadas sus víctimas, pero en otras ocasiones muchas personas contribuyeron de manera voluntaria a dar sustento a la causa de ETA, colaborando materialmente para nutrir a la organización terrorista.
Según algunas fuentes, más de 10.000 personas fueron víctimas del mal llamado “impuesto revolucionario”, aunque “la mayoría del empresariado no pagó y no se marchó” hubieron otras muchas familias que tuvierón que abandonar el País Vasco y Navarra para siempre.
Y otro de los más crueles fue mediante el secuestros: exigían rescates millonarios a cambio de liberar a las víctimas.
El ciclo planetario que aparece también en el gráfico natal de ETA es el formado por Saturno y Neptuno, con un septil como aspecto, una distancia angular de 52º. Este ciclo hace alusión a la ideología política de ETA, que se fundamentaba en un nacionalismo vasco radical y un socialismo revolucionario. Defendían la independencia del País Vasco, incluyendo Navarra y el sur de Francia, y la creación de un Estado socialista basado en principios marxistas-leninistas.
Consideraban que la única manera de lograrlo era a través de la lucha armada y la violencia, rechazando cualquier forma de negociación con el Estado español. Además, creían en la autodeterminación del pueblo vasco y en la necesidad de una revolución social que transformara el sistema político y económico de la región, pero en un ideario netamente socialista revolucionario con un Estado socialista. He ahí la fuerza de este ciclo Saturno-Neptuno, siempre vinculado astrológicamente con los movimientos de izquierdas.
Como hemos visto, la cruel y sanguinaria banda terrorista ETA nació bajo el "explosivo" ciclo planetario Marte-Urano en cuadratura, y terminó cincuenta años después anunciando el cese definitivo de la lucha armada con el mismo ciclo planetario Marte-Urano, pero esta vez en sexquicuadratura.
Cuando los planetas Marte y Urano están vinculados cíclicamente, las tomas de decisiones son disruptivas y convulsas, a la par que violentas cuando se utiliza mal su energía. El fin de ETA fue una implosión interna, no por el hecho de buscar la paz, ya que este ciclo planetario no invita a ello; fue debido a la presión externa que, una y otra vez en los últimos años, hizo mella en ETA, por el hartazgo de la sociedad y por el continuo azote, sobre todo en los últimos años, a nivel político y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
La paz nunca estuvo presente en su dilatada historia de terror y sangre, ni a nivel astrológico. No es el cometido de los planetas Marte y Urano y, por ende, nunca lo fue el de esta banda terrorista que causó tanto dolor a los pueblos de España. Este ciclo planetario se expresa por la acción, extorsión, amenazas e imposición, nunca por la cooperación y pacificación.
Este ha sido el análisis astrológico de ETA con su letal ciclo planetario Marte-Urano, que estuvo siempre presente en su ADN astrológico hasta el último momento de su larga existencia.