Carlos Morales | Barcelona | 12.06.2023 | 02:32 hrs. 

Astrología:

¿Cuándo la astronomía se separó de la astrología?

Zodíaco tropical, zodíaco sideral,

La separación entre la astronomía y la astrología no ocurrió en un momento preciso, sino que fue un proceso gradual que se desarrolló a lo largo de varios siglos, especialmente entre los siglos XVI y XVIII, durante la Revolución Científica y la Ilustración. 


Hasta la Edad Media y el Renacimiento, la astrología y lo que hoy llamamos ciencia (entonces conocida como filosofía natural) estaban profundamente entrelazadas. En la antigüedad, figuras como Claudio Ptolomeo (siglo II d.C.) combinaban astronomía y astrología sin distinción: su Almagesto mapeaba el cielo con precisión matemática, mientras que el Tetrabiblos interpretaba esas observaciones para fines astrológicos. En Europa medieval, la astrología era parte del cuadrivium (junto con aritmética, geometría y música), enseñado en universidades como una disciplina legítima. Astrónomos como Johannes Kepler (1571-1630) también eran astrólogos, elaborando horóscopos para nobles mientras estudiaban las órbitas planetarias.


El cambio comenzó con el avance del método científico y la ruptura del modelo geocéntrico ptolemaico. En 1543, Nicolás Copérnico publicó De revolutionibus orbium coelestium, proponiendo un sistema heliocéntrico que desplazaba a la Tierra del centro del universo. Aunque Copérnico no rechazó la astrología, su modelo desafió las bases cosmológicas en las que se apoyaba, que asumían un universo jerárquico con la Tierra como foco. Galileo Galilei (1564-1642) amplificó esta ruptura con sus observaciones telescópicas, como las lunas de Júpiter en 1610, que contradecían la perfección aristotélica del cosmos, un pilar tanto astronómico como astrológico.

A finales del siglo XVII, Isaac Newton (1643-1727) consolidó la separación con su Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica (1687). Sus leyes de la gravitación universal explicaban los movimientos celestes mediante matemáticas y física, sin necesidad de atribuirles influencias místicas o simbólicas sobre los humanos. Aunque Newton estudió astrología en privado, la ciencia pública que emergió de su trabajo priorizó causas verificables sobre interpretaciones subjetivas.


En el siglo XVIII, la Ilustración reforzó esta división. Filósofos como René Descartes y John Locke promovieron el racionalismo y el empirismo, exigiendo pruebas observables y rechazando conocimientos basados en tradición o especulación. La astrología, que dependía de correlaciones simbólicas más que de experimentación, perdió prestigio académico. Las academias científicas, como la Royal Society (fundada en 1660), se enfocaron en disciplinas cuantitativas, dejando la astrología fuera. Para 1750, ya no se enseñaba en universidades europeas, y los astrónomos se definían como científicos, no como adivinos.


Aunque la separación fue gradual, se considera que para finales del siglo XVIII la astrología y la ciencia estaban plenamente diferenciadas. Mientras la astronomía se consolidaba como una disciplina basada en observación empírica y leyes físicas, la astrología quedó relegada a un ámbito cultural y esotérico. Un ejemplo claro es la publicación de la Encyclopédie de Diderot y d’Alembert (1751-1772), que exaltaba la astronomía como ciencia y apenas mencionaba la astrología, tratándola como una reliquia del pasado.


La ciencia se separó de la astrología entre los siglos XVI y XVIII, con la revolución científica como catalizador y la Ilustración como consolidación. Para 1800, sus caminos eran distintos: la astronomía avanzaba con telescopios y ecuaciones, mientras la astrología permanecía como una práctica interpretativa, fuera del ámbito científico oficial.

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